Verguenza: Cubano rechaza trabajar en EEUU por salario mínimo y anuncia que vivirá de los food stamps
“No me voy a levantar a las 4:00 a.m. por 80 dólares al día”
Un cubano residente en Estados Unidos ha desatado una ola de polémica en las redes sociales después de que se viralizara un video en el que rechaza trabajar por un salario mínimo. En su lugar, anunció que va a vivir de los Food Stamps, que es la ayuda para alimentación y desempleo que da el gobierno federal.
“Voy a seguir viviendo de los Food Stamps; no voy a trabajarle a nadie por 80 dólares al día. No voy a llegar a las 8 0 9 de la noche y levantarme a las 4 de la mañana para ganar $80 al día y cobrar $2000 al mes, pagar los $2000 de renta y quedarme endeudado con los otros bills. No voy a hacer eso, porque ya estoy en modo ‘fustán’ y modo Cuba. Voy a vivir con la ‘carona’ de concreto, sin inventos”, significó el migrante.
El video muestra al cubano argumentando enérgicamente contra la idea de trabajar largas horas por lo que considera un pago insuficiente. No solo declara su desinterés en trabajar por $8 la hora, sino que también establece sus propias condiciones: un mínimo de $300 a $400 diarios por trabajar en un ambiente con aire acondicionado y un máximo de 6 horas al día.
En ese sentido, dijo que no le interesa tener un permiso de trabajo. “No, chico, no me des nada de eso. No quiero nada de eso, olvídate. Cógelo, Biden, dáselo al I-220A. Ellos quieren eso, yo no. Lo que quiero es que me sigan dando ‘fustán’”.
El protagonista del video expresa su preferencia por un estilo de vida “al modo Cuba”, donde aparentemente aspira a una vida menos ajetreada y más acorde con sus valores personales. “No voy a trabajarle a nadie para nada. Mi historia ya es modo Cuba, con los pies levantados, esperando que me caigan los paros del cielo, nada más. Ya no voy a seguir con esto, no es ningún invento”, añadió.
Antes de finalizar, les dio la razón a todos sus críticos: “Esto para todos esos que decían que yo era un descarado, que yo no trabajaba, que yo era un parásito de la sociedad, que yo era lo peor. Me permito informarles que tenían razón”.
Sus palabras han generado una amplia gama de reacciones entre la diáspora cubana y más allá, con muchos cuestionando la actitud del hombre hacia el trabajo y otros apoyando su derecho a establecer sus propias condiciones laborales. La controversia se centra en el choque de mentalidades y expectativas entre la vida en Cuba y en EEUU.
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