Régimen de Ortega acusa de traición a Directora de Miss Nicaragua
El comunicado oficial vincula a Karen Celebertti y a su familia con eventos denominados por la dictadura como “intento de Golpe de Estado”
El pasado 22 de noviembre, la Policía Nacional de Nicaragua acusó a Karen Celebertti, directora del certamen Miss Nicaragua, de los delitos de “traición a la patria”, “conspiración” y “crimen organizado”.
Estas acusaciones se suman a una serie de señalamientos relacionados con su supuesta participación en un fallido Golpe de Estado en 2018.
El comunicado oficial, emitido por la Policía Nacional, vincula a la familia Celebertti, propietaria de la franquicia Miss Nicaragua y otras empresas de modelaje, con eventos ocurridos en 2018, denominados por el régimen de Daniel Ortega como un “intento de Golpe de Estado”.
Además, se afirma que desde 2019, la familia mantuvo contacto con “exponentes de la traición a la patria”, con la intención de utilizar sus plataformas y concursos de belleza en una “conspiración” contra la dictadura que impera en el país centroamericano. La acusación también incluye crímenes como ciberdelito, “lavado de activos, financiamiento al terrorismo y financiamiento a la proliferación de armas de destrucción masiva”.
Este inesperado anuncio representa la primera vez que el gobierno se refiere directamente a Karen Celebertti, quien fue impedida de entrar a Nicaragua el pasado noviembre después de acompañar a Sheynnis Palacios, Miss Universo 2023, en una visita a México.
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Según informes de prensa, la hija de Celebertti, Luciana, también habría sido afectada por esta medida. La situación se complicó cuando se reportó que Martín y Bernardo Argüello, esposo e hijo de Celebertti, estaban “desaparecidos” tras supuestamente ser arrestados por la policía en su vivienda al suroeste de Managua. Sin embargo, el régimen no ha confirmado oficialmente estas versiones.
La elección de Sheynnis Palacios como Miss Universo, siendo la primera nicaragüense en lograrlo, desató celebraciones en todo el país. Sin embargo, estas manifestaciones de júbilo fueron interpretadas por la policía como parte de un “complot” y una “trama” política.
El gobierno señaló que aquellos que celebraron la victoria de Palacios planeaban “tomar nuevamente las calles en un reprís de lo peor de la historia de la ruindad”.
La prohibición de ondear la bandera nacional en público, impuesta por las autoridades tras las protestas de 2018, llevó a que estas celebraciones fueran vistas como actos desafiantes.
Medios críticos al régimen de Ortega interpretaron la elección de Palacios como “una esperanza” y destacaron la ausencia de manifestaciones desde 2018, debido a las restricciones impuestas por las autoridades.
La situación actual deja a la familia Celebertti en una posición incierta, con acusaciones graves que podrían tener consecuencias legales significativas.
La reacción de la comunidad internacional y la evolución de los acontecimientos en Nicaragua serán seguidas de cerca, ya que este caso se suma a la creciente preocupación sobre los derechos humanos y la libertad en el país centroamericano.
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