Proyecto de ley en el Senado podría resolver la residencia en EEUU para cubanos con I-220A
La regla especial propuesta no es retroactiva, pero genera expectativa para los que ya están en ese limbo migratorio
El connotado proyecto de ley bipartidista que se acordó en el Senado de Estados Unidos entre demócratas y republicanos sobre la seguridad fronteriza podría resolver la residencia permanente para los cubanos que cruzan la frontera estadounidense y les es otorgada una I-220A que actualmente no es considerada un parole con vistas a la Ley de Ajuste Cubano.
De acuerdo con un extenso reportaje publicado en El Nuevo Herald, la iniciativa legislativa propone que los cubanos liberados bajo las nuevas normativas de procesamiento fronterizo puedan obtener la tarjeta verde sin necesidad de haber sido “inspeccionados y admitidos” formalmente o de haber recibido un parole.
De tal manera se terminaría el limbo legal en el que se encuentran miles de migrantes cubanos que con la I-220A no pueden recibir asistencia gubernamentales, como Medicaid, cupones de alimentos o ayuda financiera, y tampoco se les otorga un permiso de trabajo para que creen su propio sustento.
Aunque la regla especial propuesta no es retroactiva, genera expectativa sobre su capacidad para resolver casos pendientes de cubanos que ingresaron a EEUU y no consiguieron parole.
En entrevista para el citado medio, Randy McGrorty, director de Catholic Legal Services, expresó que el proyecto de ley demostraba que Washington había escuchado las demandas del exilio cubano en Miami.
“Reconoce que los cubanos que huyen de Cuba huyen de la opresión política, no sólo de la agitación económica, y esa fue la razón de la Ley de Ajuste Cubano hace sesenta años. Reconoce que vienen muchos cubanos y que ofrecen habilidades, talentos y trabajadores importantes para nuestra economía. Y reconoce que han hecho un desastre con la forma en que están liberando a los cubanos”, dijo McGrorty.
Procesos de asilo más estrictos, pero también más rápidos
Además, el proyecto de ley busca fortalecer el sistema de asilo, endureciendo el proceso de entrevistas para determinar si un extranjero en realidad tiene “miedo creíble” de regresar a su lugar de origen. Lo que se quiere es elevar el listón para que no todo el que se presente en la frontera tenga un asilo casi expedito.
Con la financiación para designar más personal administrativo también se busca que los procesos de asilo sean más cortos. Se pretende que los que no sean aceptados puedan ser deportados de forma inmediata.
Por otra, parte el proyecto de ley en el Senado otorgaría al presidente la autoridad de restringir el procesamiento fronterizo ante un alto flujo migratorio y limitaría las apelaciones judiciales a situaciones excepcionales.
Una mala noticia para las aspiraciones de los migrantes cubanos
La mala noticia para las aspiraciones de los migrantes cubanos es que parece improbable que este proyecto de ley en el Senado cuente con los votos suficientes en la Cámara de Representantes. Los congresistas republicanos han dicho que votarán rotundamente que no, pues no cumple con sus exigencias.
No obstante, aunque esta normativa en específico no logre convertirse en ley es muy probable que el futuro la parte que concierne al tratamiento de cubanos con I-220A y su condición de parolados sea incluida en futuros proyectos de ley dado que ambos partidos, Demócrata y Republicano, están de acuerdo en que EEUU necesita una reforma migratoria.
Para Wilfredo Allen, un destacado abogado de inmigración en Miami, la reforma sería contraproducente. “Los cubanos podrían interpretarlo como una invitación a correr hacia la frontera o salir en barco…. Hasta cierto punto, se le está dando un privilegio a un grupo en particular, y es un grupo que está llegando en números históricos”, explicó el cubanoamericano Allen al diario El Nuevo Herald.
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