De represores a 'macetas': la cara sucia de la oligarquía cubana
El régimen recicla a sus agentes y los mezcla con genuinos emprendedores: Los casos de Yoandy Riverón y Ricardo Mora.
Yoandy Riverón González y Ricardo Mora González son dos exempleados del Ministerio del Interior en Caibarién, Villa Clara, quienes, liberados de sus antiguos cargos, han sido transformados en "empresarios". Son una porción manifiesta del cambio fraude que está ocurriendo desde hace algunos años en Cuba.
Criados en el mismo barrio, Riverón y Mora son inseparables. Fueron juntos a la escuela, se graduaron de Licenciatura en Derecho y cuentan con currículos militares. Sus negocios gozan de todas las prerrogativas gubernamentales para el éxito, mientras ellos, en medio de la más cruenta miseria nacional, se dan la gran vida sin restricciones.
Riverón González, el "agente Cristian" de la Seguridad del Estado, es ya millonario. Mora González, ex oficial jefe del Departamento Lacra-Social en una unidad de la Policía y acusado de extorsionar a sus objetivos, va también camino de ser millonario.
Las vacaciones de Navidad y fin de año las pasó Riverón González con su familia en República Dominicana. Recientemente adquirió un auto nuevo y una gran casa en más de 60.000 dólares, a la que añadió sistema de iluminación contra apagones, compuesto por paneles solares, convertidores y acumuladores, además de un enrejado y otras costosas remodelaciones.
Yoandy es tan famoso que ya estrenó marca propia de jabones, Merca-Max, y Cubadebate le hace publicidad diciendo que es capaz de producir hasta 50.000 unidades en un turno de ocho horas.
El agente Cristian ha sido señalado por organizaciones como Cubalex, el proyecto Inventario y Human Rights Defenders. Es el individuo que expulsó a la estudiante de periodismo Karla María Pérez de la Universidad Marta Abreu de las Villas (UCLV) en 2017, cuando fungía como "prefecto" del alumnado en la Facultad de Humanidades. Hoy es "abastecedor exclusivo" del Grupo Empresarial del Comercio (GEC) en Villa Clara.
La MIPYME de Yoandy Riverón González tiene permisos para "comercializar productos agropecuarios", según la inscripción oficial de la "pequeña" empresa, pero su actividad ha ido mucho más allá. Una carta circular fechada el 6 de marzo de 2023 y firmada por Digna Morales Molina, directora general del GEC villaclareño, lo autorizó a expender a precios del mercado informal, en establecimientos estatales y por la libreta de racionamiento, toneladas de un detergente importado por la firma Merca-Max SURL (MMS), de su propiedad. Un total de 26.000 bolsas de detergente, con un valor aproximado de 25 millones de pesos, se vendieron entre los núcleos controlados por la Oficina del Registro de Consumidores (OFICODA). Así entró el negocio de Riverón González al reducido sector no estatal: con alfombra roja oficial.
Una factura de MMS fue hecha pública accidentalmente por el Almacén Mayorista de Alimentos (U-406) en abril de 2023, contenía una adquisición destinada a la reventa de seis contenedores de aceite comestible por valor aproximado de 146 millones de pesos. Los dividendos garantizarían la continuidad del trasiego de mercancías "priorizadas" por el GEC.
La única importación afín a su perfil original sería pollo estadounidense, el cual siquiera clasifica como un producto "agropecuario" en los listados vigentes del MINCIN/MINCEX.
En Caibarién, diez MIPYMES —de unas 40 en activo— están autorizadas a importar; algunas de estas —productoras, fundamentalmente— han tenido luz verde para vender sus mercaderías en las tiendas TRD, pero nunca de forma regulada, como autorizó la circular de Morales Molina, que legitimó además precios abusivos para el detergente.
El subterfugio para contabilizar el negocio con las Empresas del Comercio sería informarlo como indicador correspondiente al "Mercado Paralelo de Productos No Alimenticios", según orienta en su documento el GEC, entidad que actuó así como conector entre proveedores particulares y el "pelado" sector estatal.
La voluminosa mercancía adquirida por Riverón y sus negocios se depositó en Almacenes Cubanacán S.A., a la espera de redistribuirse en bodegas y mercados, como mostraron fotos en su perfil de Facebook y las rastras estatales que reportaron testigos en su puerta. Todo el entramado de alquileres y peajes pasó por la empresa ITH del Turismo, hoy en baja ante la caída estrepitosa de sus ingresos, la pérdida paulatina de visitantes extranjeros, la crisis energética que padece el país y demás adversidades conocidas.
Homólogos de Riverón en el negocio no cuentan con similar favoritismo, porque la política del Estado hacia el resto —el que en verdad sacó el billete de su bolsillo o del familiar exiliado—, es otra. Al "mipymero", como les nombran en los barrios pobres por aquello de "lo mío primero", le traen sus contenedores hasta la puerta, mientras los demás miran y se preguntan cómo les va a ir a ellos con los "impuestos" crecientes de los que, algunos como Riverón, "se salvan". Si la Contraloría de la República no puede auditar al conglomerado militar GAESA, ni la Constitución trazarle directivas al Partido, ¿qué inspector se atrevería a sancionar a un "intocable" como él?
Los dineros del régimen
¿Cómo cambia los millones de pesos cubanos obtenidos en divisas este sujeto sin apelar al mercado negro? En Cuba no es posible hacerlo ni en los bancos. Cuando le apretó el zapato tras la bancarización, Riverón no dudó en criticar al Banco Central de Cuba (BCC) un comentario mordaz en sus redes sociales que luego retiró.
Con la medida de limitar la extracción de efectivo "cierran la única posibilidad existente para continuar realizando esos pagos a proveedores en el exterior", escribió en Facebook. "¡No se dan cuenta de que nos acaban de impedir pagar!", se quejó.
Para sortear la "nimiedad" cambiaria, Riverón habría encontrado ayuda en el mecenas estatal. Los más cercanos empleados del exagente son un matrimonio de exfuncionarios del Banco de Crédito y Comercio, a quienes Riverón incluyó en su nómina hace más de un año: Dianelys Sánchez Bello y Reinaldo Francisco Betancourt Pérez, colaboradores de la Seguridad del Estado que dieron el "paso al frente" cuando se les convocó. Mientras, un informático se encarga de la propaganda en redes sociales, haciendo creer que su jefe alcanzó en un periquete los 5.000 seguidores… o seguidos.
Los salarios en Merca-Max SURL rondan los 25.000 pesos mensuales, aderezados con obsequios y gratuidades, según confidencias obtenidas. Recientemente, el padre biológico de Riverón fue incluido en nómina como "asesor jurídico". La esposa de Yoandy Riverón, Elizabeth Martin Bolufe, es la "fiscalizadora" del negocio.
La ley establece que una persona natural o jurídica podrá ejercer actividad comercial solamente en una SURL. Sin embargo, Riverón estuvo "rindiendo" durante algunos años en dos: representante legal de Jona's SURL en Camajuaní y dueño de Merca-Max SURL en Caibarién. Esto era público hasta abril, cuando Riverón borró la información de sus redes sociales.
¿De dónde pudo sacar las divisas un "oficial retirado" con menos de 1.000 pesos de salario mensual (antes de la Tarea Ordenamiento) para establecerse como "importador y revendedor" y convertirse en el cliente de grandes empresas distribuidoras del tipo Panamericana S.A.? ¿De sus pírricas ganancias asesorando previamente a Calzados Jona's, mercadeando chancletas y cueros talabarteros "por la izquierda"?
¿Cómo —o a través de quién— pudo adquirir la tecnología y las materias primas necesarias para inaugurar recientemente su propia línea de jabones, que vende a 140 pesos la unidad como manufacturero improvisado en los predios de la antigua Fábrica de Bicicletas que inauguró el Che Guevara en 1964? ¿Cambió de prioridad su perfil así como así, sin que se enteraran en el ministerio "que lo atiende"?
"Los proyectos de desarrollo local son formas de gestión aprobadas por los gobiernos municipales y que gozan de ventajas fiscales y acceso a recursos. En el caso del proyecto del represor Riverón, (re)nombrado PDL M&MAX, […] la maquinaria de producción fue adquirida en China y parte de la materia prima es comprada en el exterior. Facilidades que quisieran tener muchos cuentapropistas cubanos y que lamentablemente no tienen, porque el sistema no se los permite. Al igual que ocurrió en algunas de las repúblicas soviéticas, el régimen cubano ha desarrollado su propia casta de 'empresarios', provenientes directamente de las familias de la cúpula, la nomenclatura partidista o los aparatos militares. Sujetos cuya principal característica es la obediencia servil y que en su mayoría no pasarían de vendedores de kiosco si no contaran con los privilegios que le otorga la dictadura a la que sirven. En algunos países dependientes de la extinta Unión Soviética, esta clase emergente devenida en oligarcas fue decisiva para frustrar el paso a verdaderas democracias una vez derrumbado el comunismo", escribió el periodista José Raúl Gallego en su perfil de Facebook.
Las ganancias del foco comercial erigido por el ex represor le han permitido la adquisición de dos apartamentos (aún "pendientes" de tramitarse, según consta en el Registro Municipal de la Propiedad). Uno es "herencia" de un no-pariente nombrado Carlos M. Abreu Martínez: el Apto #10 Bloque 8, del Reparto Vantroi 1.
Riverón ha comprado además equipos, implementos laborales, utilería de oficina y comercio. Una de sus adquisiciones fue un auto negro, nuevo, marca Hyundai Tucson, modelo TX-2015 todoterreno, chapa P-236-082, con cristales ahumados para frustrar a los curiosos.
Según fuentes consultadas dentro del gremio "mipymero", los precios al contado de vehículos y remolques oscilarían entre 15.000 y 80.000 dólares. (Decreto 83/2023 en la Caceta Oficial #16)
El pasado del agente "Cristian"
El agente "Cristian" fue desenmascarado por José Raúl Gallego, en junio de 2022. El investigador lo emplazó para que hablara de su pasado represor documentado. Carente de argumentos, el nuevo rico bloqueó a su interlocutor y borró comentarios.
La represión ejercida en las esferas socioculturales villaclareñas por Riverón va más allá de su paso como estudiante por una subsede universitaria y su posterior ingreso al MININT con grado de bachiller, inducido por su padre, Jesús S. Riverón, entrenador de policías como cinta negra de kárate y abogado en un bufete colectivo.
Las acciones de Riverón incluyeron arrestos, amenazas, chantajes, citaciones, extorsiones y prohibiciones anticonstitucionales a personas cuyos desempeños profesionales le ordenaron monitorear. Riverón fue el responsable de las sonadas expulsiones de otros estudiantes (Javier Larrea) y profesores (Dalila Rodríguez), cuyos testimonios constan en varias denuncias.
A mediados del pasado año, un internauta nombrado Miguel Diaz llamó "capitalista" a Riverón, citándole cifras oficiales de importaciones privadas y estatales. Indignado, el aludido respondió desnudándose: "…sobre el esfuerzo del Gobierno cubano (…) no conoces mi compromiso con Cuba, ni siquiera lo alcanzas a imaginar…", dijo, para en agosto añadur que "donde sí se abusa del pueblo es en las tiendas MLC", obra de Gil, artífice de "el desastre económico", a quien el mipymero auguraba tener los días contados, como sucedió.
Riverón protestó —en inglés— entre sus "fallowers" por la bancarización, insinuando "el cierre inmediato de muchas MIPYMES por quiebra". Amenazó, con la escasez de alimentos y acudió a la frase trillada de "el dinero no se come". Al parecer, fue "llamado a contar", porque poco después hizo desparecer aquella nota, como tantas otras.
En septiembre de 2023, a través de un documento cargado de entusiasmo, la UCLV Martha Abreu, institución donde fungió como represor, lo invitó a participar en calidad de "socio único y fundador de Merca Max SURL" en ORBIS 2023, un evento dedicado a festejar la paz, los derechos humanos, la visita de Juan Pablo II a Cuba, así como a "la preparación política de los estudiantes universitarios" a los que Riverón atenazó. El expolicía se deshizo en elogios para con el cónclave, pero no asistió.
El paradigma de "justicia social" de Riverón, que ha dejado a miles de jubilados y pensionados en la Isla con apenas 1.500 pesos mensuales para sobrevivir al "reordenamiento", es el que procuró quitarles de un tajo la tercera parte de ese estipendio miserable con el precio de un paquete de 500 gramos de detergente importado. No digamos de un jabón propio.
Riverón cita a Voltaire en la portada de su quinto perfil activo en FB: "El último grado de perversidad es hacer servir las leyes para la injusticia". ¿Para qué seguir entonces negando que en cada furibundo combatiente "clandestino" se incuba, y "coyunturalmente" también se clona —con o sin "orientación revolucionaria"—, al nuevo oligarca por encargo?
Ricardo Mora González
El expolicía Ricardo Mora González abrió hace unos años un bar nombrado Carpe Diem en el Malecón de Caibarién, en calle 12 número 3301, entre 35 y 33. Le añadió una piscina de lona inflable que luego transformó en una de azulejos y concreto. El floreciente negocio permitió a Mora anexarse posteriormente un restaurante y otras áreas, adonde han acudido —y cantado gratuitamente— "artistas revolucionarios" como Raúl Torres y el dúo Buena Fe, además de algunos artistas aficionados locales.
En un negocio bendecido por "padrinos" y otros "factores" prestos al "cambio" orientado desde arriba, todos demostradamente "revolucionarios" y progres, la "gusanera" ha encontrado un lugar en donde gastarse el billete "enemigo".
Ricardo Mora y Yoandy Riverón, unidos en todo, tipos "de mente abierta", cumplen cabalmente con las encomiendas de Mariela Castro y el estatal Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), mostrando simpatías prefabricadas hacia "lo otro". Al hacerlo, arrastran un "ambiente" que promete llenar con un espectáculo "contratado" el local usualmente vacío.
Los medios oficiales llegaron hasta Mora y su incipiente negocito con fines "promocionales" a través del periodista Lázaro Manuel Alonso. El reportero ya había empujado al estrellato en el Noticiero Estelar el negocio de Calzados Jona's SURL, en el que trabajó Riverón.
La ubicación costera permite al abogado Mora acceder a la compraventa de langostas y camarones, pescados y carnes, quesos y bebidas, muchos de estos "extraídos" de los hoteles del cayerío. En la carta de su restaurante se ofrecen de manera abierta.
El dinero para abrir el bar lo habría aportado Guillermo Paret, un médico exiliado en España. Ricardo Mora no era el oficial a cargo del departamento cuando Paret cumplía condena por intento de salida ilegal. El vínculo se estableció una vez liberado el exrecluso.
"Hace cuatro meses yo, Guillermo Paret, me senté con Ricardo Mora y le conté de mi idea: crear en mi pueblo algo diferente, algo que uniera los miles de kilómetros que he viajado y los cientos de platos que he degustado. Como mi vida la he vivido siempre así, dije CARPE DIEM CAIBARIEN; o sea, así nació esta idea que casi estamos a punto de inaugurar", escribió Paret en Facebook en 2019.
Amigo íntimo de Greter Rovira, pareja y confidente de Mora, Paret creó una versión criolla del Carpe Diem Lounge Club (CDLC) barcelonés, ciudad donde reside. El emigrado entra y sale del país frecuentemente sin problemas, divulga su negocio todo lo que puede y no escatima en elogios hacia Mora.
Mora primero adquirió un vehículo eléctrico de tres ruedas y posteriormente un auto Hyundai Atos Prime 2009 (Chapa P-046-201), pagado al contado. No extrañaría que ambos ex represores y macetas (Riverón y Mora) tuvieran asignada por la administración del Poder Popular una cuota especial de gasolina durante las sequías en los pocos servicentros de CUPET aún abiertos.
Con distintos niveles de ingresos, al parecer, el desafío actual entre ambos consiste en quién será pronto el más rico. No obstante, Mora ha evitado promover ofertas "demasiado comprometedoras" de sus negocios en los canales personales y ha recurrido a Revolicos en Facebook y a anuncios a través de Greter Rovira, quien los ha publicado en el perfil Riky Greter Mora Rovira, remitiendo a un número de WhatsApp +5355695420.
Deleitarse en el establecimiento de Mora durante todo un día costaba en abril del año pasado 3.500 pesos por persona. Así lo promocionaba en el grupo de Facebook Caibarién Los Playeros.
Por otro lado, para consultar los precios de cada comida y bebida en Carpe Diem Caibarién hay que pedir con anterioridad la carta gastronómica y de servicios "por privado", una estratagema que podría responder a la inclusión de especies prohibidas por el Ministerio de la Pesca.
Comensales y bebedores que han visitado el lugar, con los que conversó DIARIO DE CUBA, explicaron que "hay que tener mucho billete para poder entrar ahí. Una comida para dos y un par de tragos rondaban los 15.000 pesos en 2023".
En otros sitios de internet sí pueden verse los precios de algunas ofertas para entrega a domicilio.
La solvencia de Mora ha dado para más que el progreso de Carpe Diem. En agosto adquirió —al precio de 10.000 dólares al contado— par de quioscos con todo el instrumental dentro, ubicados en los dos extremos estratégicos del antiguo puerto de Caibarién: uno cerca del parque y otro en las inmediaciones del hospital municipal María Escobar Laredo.
Los anteriores propietarios, "Papo" García y Yaimirys Fumero, hoy residentes en México gracias, en parte, a esa transacción, vivían en la misma cuadra donde nacieron Riverón y Mora, en la avenida 19 entre 18 y 20. Antes de emigrar comentaron a sus exvecinos "lo fácil que había sido resuelto todo, también en términos legales", dadas las influencias del par de agentes "retirados".
Papo, a pesar de tropiezos con la autoridad policial al tratar de emigrar ilegalmente, tenía un padre también "seguroso". Fumero era trabajadora civil de la FAR, convertida en exitosa mercader de todo lo escaso y en extremo caro: manicure de lujo y marchante cederista.
Incondicionales ideológicos travestidos en autónomos
Los casos de Riverón y Mora son una muestra más de la manera en que el PCC exprime ahora al pueblo a través de "incondicionales ideológicos" travestidos en autónomos, que contribuyen al desfondado bolsillo de "la patria socialista" y, al hacerlo, rellenan también el propio, pero con ventajas.
Otros exagentes, igualmente devenidos "macetas", forman parte de esa lista:
La Boutique L&J, abierta en calle 14 entre avenida 9 y 11 está supervisada por Lázaro Morilla, exjefe del DTI de Camajuaní. La J del nombre corresponde a su nueva conquista amorosa, Jennifer Alonso. La L es de Lizliana Gómez, cuñada del verdadero dueño, Leidel Montoto, un caibarienense residente en Houston y casado con Yalili Gómez, quien además regenta una sonada discoteca en la terraza de su antigua propiedad, compartida con la azotea de la oficina municipal de ETECSA. Por su condición de emigrado no puede detentar registros propios como inversiones.
Asociado con Antonio Rodríguez Pontigo, un importador particular autorizado, y con un cubanoamericano que presuntamente provee todo su lujo desde "el imperio", está el oficial del MININT Ángel Caballero Vicent, "retirado" hace poco de sus funciones. Caballero Vicent está al frente del chalet conocido como El Lavatín Catalán —oficialmente La Burbuja SURL—. Este negocio de la calle 22 esquina a 7ma Avenida, además de ofrecer servicios de lavandería, vende mercaderías, bebidas y alimentos.
No sorprendería que esta hornada de ex del sector verdeolivo y vástagos de papá Estado, en versión reacomodada, termine pronto adiestrándose como pionera del Partido Comunista en el Instituto de Economía Ruso Stolypin, bajo la batuta del "camarada Boris Titov", acaudalado que ha emergido entre similares pujas transicionales del poder totalitario, tras el derrumbe del bloque del Este.
La fórmula rusa parece ser la receta perfecta para la Cuba de hoy: un cóctel de vodka con ron y de artes marciales con mocha.
Escrito original en Diario de Cuba.
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